Carta de un trabajador séniors a las empresas

Alfonso R.

5 de cada 10 españoles en el paro, tienen más de 45 años.

«En mi criterio se ha estigmatizado al trabajador séniors con una serie de condicionantes y prejuicios, sepultando con argumentos tergiversados, todo el valor y el talento que pueden aportar por sus años de experiencia y porque no decirlo, con la sabiduría que solo alcanzamos cuando envejecemos.»

Foto tomada de GETTY

A quien corresponda:

Hace poco más de un año decidí desvincularme del sector labor para culminar dos proyectos personales, que por mis obligaciones, responsabilidades y compromisos, dejé relegados pero marcados como un «pendiente» de obligatoria ejecución, so pena que el tiempo en cualquier momento de mi vida, me lo reprochara como un objetivo no alcanzado o lo que es peor, abandonado.

Cumplido ese compromiso personal y con la satisfacción del objetivo conseguido, retomo la senda en el sector laboral, con el convencimiento de que con mi experiencia de más de 30 años continuos de trabajo, tengo un plus adicional que ofrecer a aquellas empresas o entidades, que estén en la búsqueda de un trabajador, para integrarlo y que forme parte de sus equipos.

Foto. Europa Press

Este regreso a la búsqueda activa de empleo coincidió con la publicación en la prensa de un artículo que habla sobre el aporte que un trabajador séniors puede hacer a las empresas, pese a la percepción negativa que se tiene de los hombres y mujeres que superamos los 60 años de edad y aspiramos, por capacidad o por necesidad, a seguir trabajando.

El artículo fue muy esperanzador y motivante porque lo leí  justo en esos momentos en los que retomaba la búsqueda activa de empleo, y se nos atribuía la categoría de trabajador séniors, reconociéndonos toda la disposición, actitud y capacidad, solidificada con el conocimiento, la responsabilidad y experiencia de los años.

Y sí, me motivo. A pesar de conocer la realidad laboral que padecen las personas mayores en España, donde según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y de la Encuesta de Población Activa; cinco de cada diez personas en situación de desempleo en este país, tienen más de 45 años, lo cual deja en evidencia que perder el empleo a esa edad, significa que tendrás que afrontar el regreso a la actividad laboral, con una reducción considerable de posibilidades frente a los jóvenes en tu misma situación.

¿Pero por qué las empresas desestiman el talento del trabajador seniors?

Un artículo publicado en la web Quirón Prevención lo atribuye a una serie de prejuicios con la edad  que tienen las empresas que “asocian al trabajador séniors con una serie de condicionantes como son, la falta de entusiasmo con respecto a un joven, la negativa a reciclarse o seguir aprendiendo, las cargas familiares que tienen, y en especial a la falta de conocimientos digitales”.

Si se hace un análisis de estos prejuicios no se puede desconocer que son también atribuibles a muchos jóvenes, o para no continuar en la misma línea de  estigmatización, a cualquier persona que no tenga la actitud y disposición para el trabajo, independientemente de los años que tenga.

En mi criterio se ha estigmatizado al trabajador séniors con esta serie de condicionantes, sepultando con argumentos tergiversados, todo el valor y el talento que pueden aportar por sus años de experiencia y porque no decirlo, con la sabiduría que solo alcanzamos cuando envejecemos.

Foto Randstand

Todo esto nos deja en un estado de desprotección infame porque los trabajadores séniors, no sólo padecemos el rechazo de muchos empresarios y responsables de los departamentos de recursos humanos, sino también del gobierno, que no solo no aprueba medidas para estimular su contratación, como ha hecho con otros colectivos, sino que, por el contrario, penaliza a aquellos trabajadores que ante la imposibilidad de que los contraten, se ven obligados a solicitar una jubilación anticipada.

Es como si se quisiera convencer a la sociedad, que la totalidad de las personas mayores cumplieron un ciclo y lo que es peor, que un  trabajador senior, no puede convivir en un entorno laboral con un trabajador joven.

En este sentido los expertos de la Fundación Quirón Prevención sostienen que, al apartar del mercado laboral a los trabajadores séniors, se obvian valores y aptitudes tan importantes para una organización como la experiencia vital.

“Un trabajador sénior ha vivido muchas situaciones, más que un joven, de las que ha sacado un aprendizaje que puede transmitir a sus compañeros.
Sabiduría y conocimientos técnicos, años de experiencia en distintos sectores, pensamiento estratégico y emociones reflexivas, capacidad de deliberar… todos son atributos de peso en el mundo laboral”.

Los expertos reconocen que está claro que, con el paso de los años, todos tendemos a sufrir, de forma variable, una cierta pérdida de capacidades funcionales. Pero, también sentencian que es cierto que hay un gran porcentaje de personas que llegarán a edades avanzadas con capacidad, ganas y disposición de seguir aportando valor en sus puestos de trabajo por lo que es injusto y poco inteligente discriminarlos y expulsarlos del mercado laboral por su edad.

Hoy he visto su anuncio en el que solicitan un gestor de cobro para su empresa y le escribo porque considero que cumplo los requisitos que demandan para el puesto, ya que los desarrollé durante los más de 30 años continuos que he estado activo en el mercado laboral.

Foto Randstand

Soy un trabajador séniors con grado universitario, por lo que mi formación y mi experiencia, me han dotado de un  léxico y una argumentación, que me facilitan abordar y mantener con madurez y empatía, una buena negociación con clientes.

Me considero una persona con capacidad de adaptación, organización, responsable y respondo bien a las situaciones de presión y stress que se presentan en el desarrollo y la gestión laboral en el día a día.

Como trabajador séniors puedo aportar, valores que los expertos consideran muy importantes como:

  • Conocimiento: a más experiencia, más conocimiento.
  • Estabilidad y solidez que se transmite a la empresa.
  • Madurez y empatía: lo que ayuda a que enfrenten mejor los cambios, la crítica constructiva y las complicaciones del día a día.
  • Experiencia en la gestión de éxitos y fracasos: fruto de innumerables relaciones profesionales.
  • Saber mantener las relaciones de confianza y reconducir situaciones complicadas con los clientes.
  • Fidelidad, responsabilidad y compromiso: Valores que se consolidan con la edad.

En cuanto al trabajo en equipo, lo considero una prioridad esencial para la consecución de objetivos y la buena relación con los compañeros.

Tengo claro que en un entorno laboral son fundamentales las buenas relaciones con los compañeros, el respeto a las jerarquías y el cumplimiento de las gestiones encomendadas.

Según expertos, contratar trabajadores séniors por parte de las empresas es “saber aprovechar la motivación, la frescura y el conocimiento digital de los más jóvenes, y poner en valor la experiencia, la capacidad de reflexión y la madurez de los mayores. La suma del talento sénior y júnior”.

Pueden consultar más detalles de mi formación y experiencia en el currículum que adjunto.

En espera de respuesta, les envía un cordial saludo,

Alfonso Ricaurte Miranda

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s