Se cuanto duele perder a una madre estando en la distancia. Se del profundo dolor que se siente cuando el destino nos niega la posibilidad de estar con ella en sus últimos momentos y abrazarnos a su cuerpo en el vano intento, aunque lo sepamos, de oponernos a las disposiciones del destino.
Se cuán grande y dolorosa es la impotencia de no poder estar allí en ese único momento en que la irracionalidad del dolor, nos permite consolarnos con la Divina creencia de que sólo entonces, su alma aun no se ha alejado lo suficiente y podrá escucharnos decir, que nuestro amor la acompañara por siempre en el camino que emprende hacia la ausencia eterna.
Se cuanto duele esa ausencia lo sabía y tenía el convencimiento de que por saberlo ya no volvería a saber de el, pero me equivoque. Me equivoqué porque lo he vuelto a sentir, lo estoy sintiendo ahora y quizás en mayor intensidad porque al mio, niña Raque, se me suma el de tu hija Gachy, el de Roxana, Julian, Alexandra, Christina, Mario, Oscar, Karen, Rafael Domingo, Sina, parte de tu familia en el exterior que no pudimos estar en ese momento pero que hoy nos sumamos al resto de tus familiares y amigos para decirte que seguirás con nosotros siempre Mamibuela.
Que estarás con nosotros siempre niña Raque
Que te recordaremos siempre Viejaraque
Que te quedarás con nosotros siempre Doña Raquel.
Dibujarte en nuestros pensamientos y nuestra memoria será fácil porque lo haremos con los colores imborrables de los momentos que compartimos contigo. Aquellos que motivaron tu sonrisa apretada pero sincera, hasta aquellos que despertaron tus enfados por desacuerdos. Pero sobre todo por tu inquebrantable decisión de consagrar tus esfuerzos a no desamparar a quienes necesitaban de ti, misión que cumpliste hasta el último día de tu existencia.
Con esos colores y el de tus vestidos te recordaremos siempre, porque estoy convencido de que cuando la profunda pena que hoy sentimos vaya cediendo paso a la aceptación de los designios del creador, volveremos a sonreír con tu recuerdo como tú incluso llegaste a Pedirlo.
Ten la seguridad que así será porque también comprenderemos que tu muerte, no es más que la liberación de tu alma para tu encuentro con Dios.
Hasta siempre Niñaraque. Hasta siempre Mamibuela. Hasta siempre Viejaraque. Hasta siempre Doña Raquel.
Alfonso Ricaurte Miranda
Barranquilla 15 de enero del 2017