Asturias: Más que ricas
y abundantes comidas
Lo de “Asturias patria querida” es un sentimiento que deja de ser propiedad exclusiva de los asturianos, tan pronto como cualquier foráneo visita alguna de sus poblaciones y queda tan impregnado con su belleza, que decide adoptarla como suya.
Me refiero aquellos visitantes quienes, como yo, somos sensibles a la belleza de un paisaje, al irresistible contraste que ofrece el verde de una vegetación, fundida en la rudeza imponente de unas montañas que reciben a sus pies, la constancia de un mar que se rinde en playas de piedras y arenas blancas.
No presumiré de haber realizado un largo recorrido en este primer viaje por esta comunidad histórica, que se extiende por más de 10 mil kilómetros al norte de España, ya que sólo visité seis poblaciones de la costa occidental asturiana, pero me bastaron para confirmar las referencias sobre la hermosura de Asturias, leídas en los folletos de información turística y escuchadas de boca de quienes la han recorrido en su totalidad.
Cadavedo, Luarca, Cudillero, Castañeras, Avilés y Oviedo, me cautivaron por su encanto natural, un paisaje rural en el que además se mezclan en un agradable equilibrio, el respeto por las edificaciones ancestrales y lo moderno de las nuevas edificaciones, construidas para acoger el cada vez más elevado número de visitantes amantes de los espacios acogedores, bellos y tranquilos.
De cada una de ellas les hablaré en esta serie de Relatos Viajeros que iniciamos por estas tierras españolas, que reciben el nombre de Principado por razones históricas desde el año 1.388.
Un territorio que se recorre de manera fluida por la autovía del Cantábrico, un plus de belleza por una carretera que permite disfrutar a su paso, la majestuosidad de una obra que desafía en muchos tramos, las adversidades de la naturaleza y que hacen que los kilómetros y el tiempo utilizado en recorrerlos pasen sin casi darnos cuenta.
No les hablaré, como lo adelanté en el titulo de esta nota, sobre lo delicioso y abundante de su comida porque me parece injusto que a una región con tanta belleza natural, se le anteponga un placer gastronómico como el principal elemento de atracción turística.
Comer delicioso y abundante es una posibilidad que puede encontrarse en muchas regiones, pero en muy pocas como en Asturias se puede disfrutar, además, de vegetación, montaña, mar y tranquilidad.
Confirmaré, no obstante, que todo lo que se dice sobre la abundancia y delicia de su comida es cierta y además fácil de verificar al saborear un pote asturiano, una fabes con almejas y sobre todo su tradicional fabada asturiana.
¡Ah!, a propósito. Cuánto daño le hacen los enlatados con este nombre, al sabor fresco y original del plato.
En cuanto a precios tan poco les daré cifra, porque soy un convencido que en vacaciones las preocupaciones por el bolsillo empañan la diversión.
Sin embargo me permitiré comentarle un principio personal cuando práctico turismo por este tipo de regiones. Como fuera de los puntos turísticos, prefiero el restaurante de barrio, donde para mi gusto y convencimiento, la cocina se prepara con ese toque casero y original de la región y te lo sirven en mesas vestidas con manteles de cuadros, donde el camarero te sonríe y no te cobran las vistas.
A disfrutar de Asturias, patria querida.
Alfonso Ricaurte Miranda
10 relatos10emociones@gmail.com
Próxima entrega Cadavedo
Nuevamente me reafirmo en la visión periodistica de cronista en tus relatos sobre la Región Asturiana ; en donde resalta la hermosura paisajista de sus tierras , el verde desde los diferentes matices q dan las flores combinados con follaje en primavera q te invitan a pernoctar en esa llanura de color y aroma a Tierra Madre q nos deja la impronta de Asturias. Esto sumado a la deliciosa gastronomía de exquisita fabadas y comilonas de cuchara desde fogones de leña y elaboradas con puras hierbas de la región q espero nos cuentes para tener una referencia de lo q nos vamos a encontrar aquellos, q todavía no hemos iniciado esa aventura turistica por esta región. Aunque creo q debe haber un tremendo contraste con nuestra gastronomía típica del Caribe Colombiano en donde el típico olor a bijao con todas sus combinaciones de carnes ; nos dejan un aroma
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