Mamá solía decir que el calor vuelve loca a la gente. Ella tenía razones para asegurarlo porque en una ocasión vio con cómo Rebeca, una de las vecinas del barrio, recorría en pelota pica y riendo a carcajadas, la distancia que separaba  su casa de la única fuente de agua que existía en el pueblo y se sumergía en ella bajo la clara luna de julio y las inquisidoras miradas de los vecinos.

Me contó mi madre que ella y todos en la cuadra la vieron a través de las ventanas entreabiertas, cuando la estridencia de las carcajadas las hizo asomarse temerosas de que se tratara de una de las leyendas de fantasmas del pueblo, pero se encontraron con la insólita escena.

Doña Lucía, la angustiada madre de la muchacha, corría  detrás de ella gritando a todo el que quisiera oírla,  que la causa que llevaba a su hija a semejante carrera en ese estado, era el calor:

– El maldito calor que vuelve loca a la gente. – Repetía con angustia.

La historia de la niña Esther, mi madre, me vino a la memoria al leer la semana pasada la muerte de dos personas aquí en España por la ola de calor que aún afecta a gran parte de la Península desde el pasado miércoles, cuando se registraron temperaturas de hasta 43,6 grados, según la Agencia Estatal de Meteorología Aemet.

No recordé, en las historias que me contaba mi madre sobre las altas temperaturas, que en su pueblo tuviesen conciencia de que el calor no sólo podía volver loca a la gente sino matarla y quizás esa falta de conciencia, explique el por qué muchos ciudadanos en el mundo siguen afrontando aun las fuertes olas de calor, sin tener en cuenta las medidas necesarias para prevenir los daños que sufre el organismo, al estar expuesto a temperaturas ambientales elevadas, como las que se registran en los últimos años.

La muerte de esas dos personas me hizo reflexionar sobre el hecho de que pese a los esfuerzos que hacen los organismos de prevención en países tan desarrollados como los de Europa, alertando sobre el calor y sus consecuencias, estos avisos, estas alertas, siguen siendo vistos sin considerar las reales consecuencias que tiene el no acatarlas.

En la última semana se activaron en varias regiones de España los avisos rojos por temperaturas extremas, se tomaron medidas adecuando lugares donde las personas pudieran protegerse de las altas temperaturas, se recomendó la suspensión de trabajos y ejercicios bajo el sol y en las horas con altas temperaturas pero pese a ello, dos personas murieron y una tercera tuvo que ser hospitalizada grave por los golpes de calor.

Esta enfermedad suele desarrollarse rápidamente y requiere un tratamiento intensivo e inmediato. Si una persona está deshidratada y no puede sudar lo suficiente para enfriar su cuerpo, la temperatura corporal puede alcanzar niveles peligrosamente altos y provocar un golpe de calor.

Nos sumamos con esta entrada a las campañas de alertas sobre las olas de calor, la protección que debemos tener con las altas temperaturas y las medidas de prevención que cada uno de nosotros debe tomar, en estos tiempos de verano que llegan al planeta tierra en momentos en que sufre por su capa de ozono rota, recalentamiento y deforestación, que seguro no existían en los tiempos de mamá, en los que el único mal que temían por el calor, era que se volviera loca la gente y se le diera por correr desnuda por las calles.

Desafortunadamente las consecuencias de un golpe de calor van allá de ese temor que existía hace muchos años y tanto en España como en toda Europa lo sabemos, no sólo por la dos muertes que ya se han registrado este año, sino por las más de 6.000 que se contabilizaron en el trágico verano del 2003, precisamente por una mala gestión en la ola de calor que azotó a toda Europa en ese año.

Publicamos con esta entrada algunas recomendaciones entregadas a los medios de comunicación por las entidades especializadas, para identificar los síntomas de un posible golpe de calor, así como recomendaciones para evitarlo.

SÍNTOMAS DEL GOLPE DE CALOR

Estos son los síntomas que produce un golpe de calor, según la vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), María Fernández, en entrevista que le realizó el Diario El Mundo.

1.- Bajada del nivel de consciencia

2.- Convulsiones

3.- Dolor de cabeza

4.- Vómitos

5- Temperatura alta o piel muy caliente y seca

RECOMENDACIONES PARA EVITARLO

1.- Beba agua o líquidos con frecuencia, aunque no sienta sed y con           independencia de la actividad física que realice.

2.- No abuse de las bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya     que pueden hacer perder más líquido corporal.

3.- Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, preste especial atención a bebés, niños pequeños, mayores y  personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la   deshidratación, como las patologías cardíacas.

4.- Permanezca el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o   climatizados, y refrésquese cada vez que lo necesite.

5.- Procure reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre   en las horas más calurosas (de 12.00 a 17.00).

6.- Use ropa ligera, holgada y que deje transpirar.

7.- Nunca deje a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a niños, ancianos o enfermos crónicos).

8.- Consulte a su médico ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.

9.- Mantenga sus medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.

10.- Haga comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el   sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).